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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Artículo de Michael Porter (traducción al español)

Autor: Pablo Toré

El sistema capitalista está atrapado. En años recientes los negocios se han visto cada vez más como una mayor causa de problemas sociales, medioambientales y económicos. Se percibe que las empresas prosperan a expensas de una comunidad más amplia.

Peor aún, mientras más se asemejan a la RSC las empresas, más se les culpa por los fallos sociales. La legitimidad de los negocios ha caído a los niveles más bajos que jamás se han visto. Esta bajada en la confianza en los negocios hace que los líderes políticos establezcan normas que quebrantan la competitividad y frenaban el crecimiento económico. La economía está atrapada en un círculo vicioso.

Una gran parte del problema se encuentra en las compañías en sí, que siguen atrapadas con un planteamiento atrasado en cuanto a la creación de valor que se ha surgido en las últimas décadas. Continúan viendo la creación de valor de forma  equivoca, optimizando el rendimiento a corto plazo e ignorando las necesidades más importantes del cliente y las influencias que determinan el logro a largo plazo. ¿Cómo si no iban las empresas a ignorar el bienestar de sus clientes, la destrucción de los recursos naturales tan vitales para sus negocios, la viabilidad de los proveedores, etc.? ¿Cómo si no iban a pensar las empresas que simplemente cambiando las localizaciones con menores rentas era una “solución” a los retos competitivos?  El gobierno y la sociedad civil han empeorado el problema al intentar solucionarlo a expensas de las empresas. Las presuntas prestaciones entre la eficiencia económica y el progreso social se han institucionalizado en décadas de decisiones políticas.

Las empresas deben tomar el mando e unir a los negocios y la sociedad una vez más. Mientras que la mayoría de las compañías se mantienen atrapadas en una mentalidad de “responsabilidad social” en la que los problemas socio-políticos son la periferia, no el núcleo.

La solución es el principio de VALOR COMPARTIDO, crear valor económico de tal forma que también se cree valor para la sociedad, solucionando sus necesidades y retos. El valor compartido no se trata de RSC, filantropía o ni siquiera sostenibilidad, si no que se trata de una nueva forma de conseguir éxito económico. Creemos que puede llegar a ser la próxima transformación de pensamiento empresarial. Muchas empresas son las que ya lo están practicando: GE, Google, IBM, Intel, Johnson & Johnson, Nestlé, Unilever, Wal-Mart…

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